Soy, si tú me haces ser, solo soy si tú estás conmigo, solo soy si soy para ti, solo soy si somos. Yo soy solo contigo.
Te susurro amor en tus labios, beso tras beso, pasión tras pasión. Te entrego amor en tu boca, tras nuestras manos, detrás de nuestra piel. Te doy mi amor, en cada mirada y en cada susurro. Te doy lo que soy… tu amor.
Me callo por no saber amarte. Aunque no sepa amarte, te amo, y aunque no quiera quererte, te quiero. Me callo por no saber amarte, pero aprendo cuando sé que te amo.
Mano sobre mano, piel tras piel, miradas que no se cansan de ser miradas, refugios en el infinitivo del verbo amar, caricias que provocan silencios de placer, volviendo a encontrarnos para amarnos.
Habrá un segundo, un solo instante en el que no pueda amarte, ese segundo en el que no me atreva a mirarte. Pero comprenderé que solo es un sueño, porque es imposible no quererte.
No merezco tus besos, pero sueño con tu boca, ni me atrevo a mirarte, pero no dejo de desearte, ni puedo hablarte, aunque mi boca quiera declararse. Pero sí quiero amarte, a pesar de renunciar a amarte.