Dime quién te gusta y te diré…
Es domingo por la noche y no dejas de pensar en lo mucho que te gusta, qué ha pasado, cuándo y, sobre todo, por qué. Esta atracción “mágica” en realidad se reduce a tres factores principales: proximidad, similaridad y atracción física.
Estos se aplican tanto a los romances como a las amistades: por qué nos gusta quien nos gusta, con quién vamos a compartir nuestras vidas y por qué estamos saliendo con quien salimos. Los sentimientos de amor, cariño, lujuria, amistad o admiración revolotean alrededor de estos tres multiplicandos.
· Proximidad
Nos gustan las personas cercanas a nosotros físicamente, y esto se prueba con un experimento de Festinger, Schater y Back, que realizaron en una residencia de estudiantes que constaba de 17 edificios. Después de algunos meses viviendo juntos, se les preguntó quiénes eran sus 3 mejores amigos, siendo el 65% del mismo edificio y el 41% el estudiante que vivía en la habitación contigua.
Si lo piensas, está claro: ves a esa persona más a menudo, hablas más con ella y hay más probabilidades de que seáis amigos. Hay que tener en cuenta que la proximidad acentúa que esa persona tan interesante te atraiga; pero en el caso de que sea alguien insoportable, el hecho de coincidir a menudo con ella va a hacer que cada vez te guste menos.
· Similaridad
Nos gustan las personas que son “como nosotros” en condiciones demográficas – como edad, cultura, grupo étnico, sexo o educación – y personalidad. Esta similaridad no solo ocurre con parejas románticas, sino también con amigos. En contra de la creencia popular, los opuestos no se atraen.
Newcomb realizó otro estudio en una residencia universitaria, y, después de convivir durante un tiempo, descubrió que aquellos jóvenes que tenían similares actitudes se gustaban más entre ellos. Nos gusta sentirnos validados, creemos tener buen gusto y estamos familiarizados con nosotros mismos.
Además, en un involuntario acto de amor propio – o narcisista – nos sentimos atraídos por las personas que se parecen a nosotros físicamente. Un estudio muestra cómo los participantes elegían su cara retocada y transformada al sexo opuesto como la más atractiva entre todas las que se le mostraban.
· Atractivo físico
Está demostrado que el atractivo físico afecta a cómo somos tratados desde que nacemos. El estudio de Langlois, Ritter, Casey y Sawin juntó a un montón de madres y bebés en 1955. Las interacciones fueron grabadas, a las madres se les realizó un cuestionario de actitud parental y los bebés fueron graduados por estudiantes en una escala de 1 a 5 de grado de atracción. No resulta una sorpresa que los bebés más atractivos, al analizar los cuestionarios y los vídeos, parecían importunar menos y fueran los que recibían más muestras de cariño.
En un baile-experimento los participantes calificaban a sus parejas según su atractivo físico; cuanto más guapo era el participante, menos satisfecho estaba con su pareja. Un estudio de seguimiento revelaba que las parejas tenían más probabilidades de seguir interactuando cuando eran similarmente atractivas, lo que prueba que tendemos a relacionarnos con personas que son igual de agraciados que nosotros. ¡Mucha suerte con ese sueño de conquistar a Scarlett Johansson!
Que el atractivo físico parezca tener tanta importancia se debe a que, desde una perspectiva evolutiva, la belleza significa salud. También estamos inmersos en una cultura que nos dicta que aquello que es bonito es bueno. Las personas atractivas parecen ser más sensibles, amables, fuertes, interesantes… ¿Pero es esto cierto? Algunos estudios evidencian que estas personas están condicionadas a ser más simpáticas y sociables porque los demás les tratan muy bien desde que nacen; lo que se conoce como “confirmación psicológica”, una profecía por la que las personas actúan según lo que otras esperan de ellas, para confirmar esas expectativas.
Otros datos curiosos
· Nos solemos sentir atraídos por personas que nos recuerdan a nuestros padres.
· Si conoces a alguien estando excitado, como justo después de haber hecho ejercicio, puede parecerte más atractivo porque relacionas esa alteración con esta persona extraña.
· Beer googles o “las gafas de la cerveza” es como se denomina el fenómeno por el cual cuanto más has bebido, más atractiva encuentras a una persona. El alcohol también interfiere en cómo de atractivos nos percibimos a nosotros mismos.
· La atracción es un proceso multisensorial, no solo nos atrae la imagen de una persona sino también cómo huele o cómo sabe su boca.
· Nuestros patrones de atracción sexual parecen cambiar por estaciones. Por ejemplo, los hombres dicen tener más atracción hacia los cuerpos femeninos en los meses de invierno que en los de verano.
· Hacer cosas excitantes juntos, tener perro, vivir en una casa bonita, caminar al mismo paso, sonreír mucho o tocar algún instrumento musical son razones por las que una persona puede gustarnos más.
Resulta un tanto impactante que elijamos a nuestros amigos entre personas que nos rodean, en algunos casos simplemente por su cercanía y que a veces la atracción física sea una razón de más peso que la inteligencia o la personalidad. Por si las moscas, ya he redecorado mi piso y me he apuntado a clases de guitarra.